A quienes nos gusta escribir, sabemos que, en ocasiones, por mucho que revisemos los textos que redactamos, alguna errata se nos escapa. Es más, a la hora de revisar, parece que cuatro ojos ven más que dos, pero también aumentan las probabilidades de que se escape alguna letra mal colocada, alguna coma u otro signo de puntuación que cambie el significado de alguna frase.
Por eso, con este primer artículo inauguramos aquí, en el blog de BiblioEteca, un homenaje al error, al despiste —e incluso a la dejadez— que transforma un mensaje aparentemente inocente en algo que nos permite esbozar una sonrisa, y os animamos a que nos enviéis aquellos errores que encontréis en carteles, libros y revistas.
En resumidas cuentas, queremos rendir nuestro particular tributo a la a la errata (que, cariñosamente, llamaremos herrata en adelante), pero en especial a aquella que se produce en textos que han pasado por la revisión de varias personas sin ser detectadas.
Empezamos hoy con una curiosa herrata de una carta encontrada en un restaurante chino de Madrid en el que nos ofrecen algunos platos que, como poco, son exóticos y nos hacen cuestionarnos si será el lugar adecuado para comer.
La autora de la foto es Marta Comi, «biblioEtequera» que se pregunta cómo se «embanará» al modo chino. Pero nos deja más intrigado otro de los platos. ¿Te imaginas cuál?
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