Desde twiter he recibido un enlace que se titula: E-books: ¿hamburguesas contra solomilos?. La tesis principal de esta entrada es que los usuarios siempre preferirán el papel ante la versión electrónica y que el avance en ventas de los e-books es meramente anecdótico.
El resumen es un poco drástico, lo reconozco, pero incluso las cifras que da son incongruentes con sus conclusiones. Es decir, en su tabla de ventas de papel / ebook que es la siguiente:
Ventas en millones de euros | 2005 | 2006 | 2007 | 2008 | 2009 |
---|---|---|---|---|---|
Libros en papel | 73.441 | 74.153 | 77.865 | 77.879 | 76.524 |
Libros digitales | 250 | 390 | 603 | 858 | 1290 |
Y el argumento esgrimido al aumento de las ventas de ebooks es:
al partir de una posición muy alejada sus crecimientos pueden ser mayores, del mismo modo que a un atleta le es fácil mejorar su marca en los cien metros libres de 40” a 20” pero le es muy difícil hacerlo si ya ha llegado a los 10”
Una pena, pero si transformamos la tabla en una variación de ventas interanual nos quedaría así:
% Variación | 2005-2006 | 2006-2007 | 2007-2008 | 2008-2009 |
---|---|---|---|---|
Libros en papel | 1% | 5% | 0% | -1% |
Libros digitales | 56% | 54% | 42% | 50% |
Es decir, una variación insignificante, e incluso negativa para la venta en papel y un crecimiento sostenido de un 50% interanual más o menos, para el soporte digital.
Si tenemos en cuenta que estamos asistiendo a un crecimiento de las ventas de lectores digitales (e-readers) impresionantes, y que la tecnología no ha hecho más que comenzar, podemos augurar que los dispositivos de lectura estarán cada día más presentes entre los lectores. Esto, evidentemente, hará que la demanda de contenidos siga una curva de crecimiento similar. Si las editoriales y/o los autores proporcionan la oferta suficiente, se creará un mercado nuevo y sano para estos contenidos. Si, por el contrario, se obcecan en negar la existencia de este mercado, los consumidores digitales de libros tendrán que recurrir a las vías alternativas para cubrir la demanda…
Es evidente, y deseable, que los dos soportes cohabiten en armonía, al igual que el cine convive con la televisión y ésta con los dvd y los servicios de video bajo demanda. Cada soporte es para cada ocasión y cada uno ofrece una experiencia distinta de usuario. Con los libros electrónicos pasará lo mismo. Los lectores que deseen llevarse varios libros sin tener que cargar con «arboles muertos» preferirán comprar el soporte electrónico. Los que prefieran sentir el tacto del papel comprarán el libro tradicional.
Lo que es evidente es que las ventajas de la lectura digital serán más y más según evolucione la tecnología y se adapten los autores a los nuevos formatos. La posibilidad de incluir elementos adicionales al texto, de interactuar con los lectores, de recibir feedback inmediato sobre sus obras, poder vender partes de la obra bajo suscripción, etc. serán explotadas por la próxima generación de autores, pero incluso hoy mismo existen ventajas ecológicas, físicas, tecnológicas y de experiencia de usuario que hacen que el nuevo formato pueda ser el auténtico «solomillo» de la literatura y deje arrinconado el papel para los nostálgicos que se conforman con «hamburguesas» de hace 500 años.
Nota para los editores: Es inevitable que los lectores elijan lo que quieren leer, cuando lo quieren leer y en qué dispositivo. La misión del editor es proporcionárselo, no mirar para otro lado y esperar otros 500 años de hacer lo mismo.
ACTUALIZACIÓN: He encontrado en error500 esta tabla:
Así pues, podemos decir que el crecimiento de las ventas de libros electrónicos es imparable…
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